¡A cuidarse del sol!
Si bien todavía no estamos en verano, ya comienzan las primeras salidas al sol y ahora más que nunca tenemos que tratar de proteger a los chicos de los posibles efectos del mismo. Las consecuencias van desde enfermedades o quemaduras y manchas en la piel hasta la posibilidad de un cáncer, por eso es importante que se tome conciencia de los cuidados que hay que tener, sobre todo con los más pequeños.
El conjunto de las radiaciones solares forma el espectro electromagnético del sol, la mayoría de ellas son frenadas por la atmósfera y tamizadas por la capa de ozono. Parte entonces de la energía solar que recibimos en la Tierra está compuesta de rayos ultra violeta (UV), que si penetran en la piel pueden ocasionar daños visibles o no. Por eso es indispensable la utilización de protectores solares, y para niños se aconseja que el factor de protección sea mayor a 35.
Antes del primer año de vida los bebés no tienen la cantidad suficiente de melanina que necesitan para protegerse, por eso no se aconseja una exposición directa al sol en esos meses. Tampoco son aconsejables los protectores solares en niños menores de 6 meses, ya que pueden resultar tóxicos para ellos. Pero de los niños más grandes sí podemos encargarnos. "Lo ideal es evitar las horas del mediodía, entre las 11 y las 16 horas es preferible no dejar a los niños al sol", explica la dermatóloga Liliana Cuencas, quien también afirma que, aunque estén protegidos, es necesario renovar la aplicación de protector cada dos o tres horas. La doctora explicó que los protectores que tienen un color bien blanco y opaco son los que previenen mejor y son indicados para las zonas más sensibles, como la nariz, los hombros y los empeines.
A pesar de no estar de vacaciones o en la playa, ya podemos tomar el hábito de cuidar a los chicos con un protector solar todos los días. También se recomienda no utilizar prendas de color oscuro, en lo posible vestirlos con algodones bancos si van a estar al sol y acompañando siempre la vestimenta con un gorro.
El conjunto de las radiaciones solares forma el espectro electromagnético del sol, la mayoría de ellas son frenadas por la atmósfera y tamizadas por la capa de ozono. Parte entonces de la energía solar que recibimos en la Tierra está compuesta de rayos ultra violeta (UV), que si penetran en la piel pueden ocasionar daños visibles o no. Por eso es indispensable la utilización de protectores solares, y para niños se aconseja que el factor de protección sea mayor a 35.
Antes del primer año de vida los bebés no tienen la cantidad suficiente de melanina que necesitan para protegerse, por eso no se aconseja una exposición directa al sol en esos meses. Tampoco son aconsejables los protectores solares en niños menores de 6 meses, ya que pueden resultar tóxicos para ellos. Pero de los niños más grandes sí podemos encargarnos. "Lo ideal es evitar las horas del mediodía, entre las 11 y las 16 horas es preferible no dejar a los niños al sol", explica la dermatóloga Liliana Cuencas, quien también afirma que, aunque estén protegidos, es necesario renovar la aplicación de protector cada dos o tres horas. La doctora explicó que los protectores que tienen un color bien blanco y opaco son los que previenen mejor y son indicados para las zonas más sensibles, como la nariz, los hombros y los empeines.
A pesar de no estar de vacaciones o en la playa, ya podemos tomar el hábito de cuidar a los chicos con un protector solar todos los días. También se recomienda no utilizar prendas de color oscuro, en lo posible vestirlos con algodones bancos si van a estar al sol y acompañando siempre la vestimenta con un gorro.
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