Integración y equidad
La inclusión de alumnos con necesidades educativas especiales en los colegios tradicionales es un recurso que se está utilizando cada vez más a nivel institucional y social, como una forma de fomentar la igualdad y la adaptación.
El hecho de tener una necesidad educacional diferente ya no es una traba para quienes quieren sentirse incluidos en la sociedad. “Es bueno poder implementar estas integraciones porque dan a todos las mismas posibilidades y no marca diferencias con los chicos que tienen alguna discapacidad”, afirmó Guadalupe Margo, docente especial del Instituto Génesis.
Guadalupe asistió a una alumna en un plan integrador de un colegio estatal. Ella destaca que la mejor forma de llevar a cabo el objetivo central es que se comprometan tanto la familia como la escuela que recibe el chico y también el docente especial que ayuda a esta tarea. Este último punto es clave según Mónica Jattar, maestra de séptimo grado del colegio Sagrado Corazón, que destaca no estar bien preparada con su formación para enseñar a un alumno con esas características. Según Mónica, “la maestra integradora tendría que concurrir todas las semanas y la mayor cantidad de horas posibles para que el plan curricular sea adaptado en forma correcta”.
Bibiana Iglesias, Directora de “Everest”, un Centro Educativo Terapéutico para chicos, adolescentes y adultos, afirma: “estoy totalmente a favor de la integración escolar, pero para hacerla hay que tener muy en claro los objetivos por los cuales pensamos hacerlo, manifestarlos y sobre todo brindar la información y las herramientas necesarias a las docentes comunes porque es verdad que no tienen preparación alguna desde su formación”. Y agrega: “tengo experiencia en integración en todos los niveles; inicial, primaria y secundaria, y realmente es muy bueno pero hay que estar evaluando permanentemente y ver si para el chico es lo mejor”.
Abrirse al cambio “no es una tarea fácil”, afirma Bibiana pero reconoce que es “una de las mejores posibilidades que se le puede brindar a un chico de esas condiciones en plena edad de crecimiento”.
El hecho de tener una necesidad educacional diferente ya no es una traba para quienes quieren sentirse incluidos en la sociedad. “Es bueno poder implementar estas integraciones porque dan a todos las mismas posibilidades y no marca diferencias con los chicos que tienen alguna discapacidad”, afirmó Guadalupe Margo, docente especial del Instituto Génesis.
Guadalupe asistió a una alumna en un plan integrador de un colegio estatal. Ella destaca que la mejor forma de llevar a cabo el objetivo central es que se comprometan tanto la familia como la escuela que recibe el chico y también el docente especial que ayuda a esta tarea. Este último punto es clave según Mónica Jattar, maestra de séptimo grado del colegio Sagrado Corazón, que destaca no estar bien preparada con su formación para enseñar a un alumno con esas características. Según Mónica, “la maestra integradora tendría que concurrir todas las semanas y la mayor cantidad de horas posibles para que el plan curricular sea adaptado en forma correcta”.
Bibiana Iglesias, Directora de “Everest”, un Centro Educativo Terapéutico para chicos, adolescentes y adultos, afirma: “estoy totalmente a favor de la integración escolar, pero para hacerla hay que tener muy en claro los objetivos por los cuales pensamos hacerlo, manifestarlos y sobre todo brindar la información y las herramientas necesarias a las docentes comunes porque es verdad que no tienen preparación alguna desde su formación”. Y agrega: “tengo experiencia en integración en todos los niveles; inicial, primaria y secundaria, y realmente es muy bueno pero hay que estar evaluando permanentemente y ver si para el chico es lo mejor”.
Abrirse al cambio “no es una tarea fácil”, afirma Bibiana pero reconoce que es “una de las mejores posibilidades que se le puede brindar a un chico de esas condiciones en plena edad de crecimiento”.
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