PRIORIDAD 1: El Trabajo
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con Mauricio Macri a la cabeza, no anda con vueltas a la hora de transmitir mensajes. Con una excedida cantidad de carteles propagandísticos en la vía pública, cada vez hace falta más impacto para visual para que el transeúnte ponga atención.
La última novedad es la campaña sobre lactancia infantil, que consta de cuatro afiches callejeros. El primero, el cual muestra a una madre amamantando a su hijo, es tal vez el menos polémico. Pero el más visto en la calle, como se ve en la foto que acompaña esta nota, es un chico “disfrazado” de martillo, y abajo la frase “Apoyá la lactancia materna. Apoyá el futuro de la industria”.
"Ir Creciendo” consultó con el publicista Pablo Mekler, quién afirmó que “en una primera lectura, no se entiende la relación entre los tres elementos: el martillo, la lactancia y la industria”. Además, agrega: “Pero lo más grave es la segunda lectura; da la idea de un sistema donde la lactancia materna no es en beneficio de la salud de los chicos, sino que se los ve como una mera herramienta de trabajo. Rompen con la idea de que los chicos tienen que crecer sanos y pensantes, e introduce el concepto de verlos como futura mano de obra”.
Mekler también se explaya sobre otro cartel que incluye la campaña, en el cual se observa a un niño “disfrazado” de panadero sobre el lema “Apoya el futuro de la gastronomía”: “Este es doblemente confuso, porque además de mezclar conceptos, el público puede hacer una conexión equivocada entre el panadero, la lactancia y la gastronomía, que si bien tienen una relación común entre las tres, no es el mensaje que la propaganda intenta transmitir”.
No está mal que el Gobierno quiera fomentar la lactancia materna, pero en el imaginario popular tendría que influir el hecho de que es importante cuidar la salud de los niños, y no, como dijo Mekler, “verlos como futura mano de obra”.
La última novedad es la campaña sobre lactancia infantil, que consta de cuatro afiches callejeros. El primero, el cual muestra a una madre amamantando a su hijo, es tal vez el menos polémico. Pero el más visto en la calle, como se ve en la foto que acompaña esta nota, es un chico “disfrazado” de martillo, y abajo la frase “Apoyá la lactancia materna. Apoyá el futuro de la industria”.
"Ir Creciendo” consultó con el publicista Pablo Mekler, quién afirmó que “en una primera lectura, no se entiende la relación entre los tres elementos: el martillo, la lactancia y la industria”. Además, agrega: “Pero lo más grave es la segunda lectura; da la idea de un sistema donde la lactancia materna no es en beneficio de la salud de los chicos, sino que se los ve como una mera herramienta de trabajo. Rompen con la idea de que los chicos tienen que crecer sanos y pensantes, e introduce el concepto de verlos como futura mano de obra”.
Mekler también se explaya sobre otro cartel que incluye la campaña, en el cual se observa a un niño “disfrazado” de panadero sobre el lema “Apoya el futuro de la gastronomía”: “Este es doblemente confuso, porque además de mezclar conceptos, el público puede hacer una conexión equivocada entre el panadero, la lactancia y la gastronomía, que si bien tienen una relación común entre las tres, no es el mensaje que la propaganda intenta transmitir”.
No está mal que el Gobierno quiera fomentar la lactancia materna, pero en el imaginario popular tendría que influir el hecho de que es importante cuidar la salud de los niños, y no, como dijo Mekler, “verlos como futura mano de obra”.
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